CONJUNTO ESCULTÓRICO FAMILIA CAMILO VITALI. Cementerio Monumental de Campo Verano.
Fotos personales tomadas el 13 de noviembre de 2019.
Dentro del Cementerio Monumental de Campo Verano existe un espacio llamado QUADRIPORTICO en el cual se concentra gran cantidad de obras de arte de muy buena calidad pero que en una primera caminata puede ser un tanto abrumador encontrar con esta abigarrada colección de obras de arte.
RECURSO.
De la mano de Francesco Fabi Altini, autor del anteriormente descrito monumento a Cesare Mancini, podemos observar otra obra en la que prevalece un cierto realismo romántico, el conjunto escultórico dedicado a la familia Vitali. Si bien es cierto de Altini se formó en la base clásica tanto en la Accademia di San Luca, como bajo el tutelaje de Pietro Tenerani, en su evolución formal se revela un claro interés por el estudio del natural. Esta transición que, por otra parte, fue común en otros escultores decimonónicos, se advierte claramente en estos dos monumentos, el dedicado a Cesare Mancini de 1875 de innegable gusto clasicista y el que ahora nos ocupa, una de sus últimas obras realizada en 1902 para Camillo Vitali, en la que se aprecia cierto eclecticismo por la diferencia en el trato otorgado a las diferentes figuras que conforman el grupo.
El conjunto escultórico está formado por cuatro figuras. Sobre un pedestal y coronando el monumento la mujer de Camillo Vitali, representada al modo clásico con un fino peplo, contrasta con el patetismo del grupo del primer plano en el que dos personajes de modernas vestiduras se lamentan sobre el sarcófago central. En esta tumba se combinan por un lado el recuerdo a las escenografías funerarias canovianas en las que los personajes, se tienden afligidos sobre algún tipo de sarcófago a la clásica, mientras que por encima el difunto corona el monumento. Pero, los personajes de Canova solían ser alegorías que hacían referencia a las virtudes del difunto y no familiares del homenajeado, esa diferencia, la de representar a personajes reales y de forma real, transformaba la escena logrando un impacto y una cercanía al espectador que de otro modo no hubiera sido posible, como ocurría con el monumento a Clotilde Podesti. Por último, en un segundo plano y semiescondida en el lado derecho tras el grupo, una enigmática figura femenina de largos cabellos, con cara y manos veladas pone la nota simbolista, aunando así tres formas de expresión válidas y habituales en la época, el clasicismo, el realismo y el simbolismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario